Casi dos meses ha habido que esperar en este "atípico" inicio del año climatológico para que la Ribera del Duero haya sido "premiada" con las primeras nieves del año tiñendo de blanco las preciadas tierras ribereñas.
Una nevada que arrancaba con los primeros rayos de luz y que a las 10 h. de la mañana dejaba paso a un sol invernal, apto para ser contemplado desde el calor del hogar colegial.
Poca nieve, pero suficiente para ver que el invierno aún sigue siendo invierno. Ponemos la mirada en el cielo y pedimos que muy pronto nos premien con nuevas precipitaciones de nieve y agua que, más allá de los pequeños problemas que puedan causar, nos anunciarán una primavera florida y hermanosa. ¡Adealnte!