¡Concluimos el mes de mayo, mes las flores! Seguimos en la preciosa estación de primavera. Este mes, especialmente, también lo hemos dedicado a María, nuestra Madre. Cada día de este preciado mes han sido muchos los estudiantes que han querido regalar a nuestra Madre de Cielo, una flor. Una flor en forma de trabajo, de esfuerzo, de cariño. Otros, también en forma de dibujo. ¡Qué obras de arte!
Durante este mes, aunque de forma online, las reflexiones de inicio de las clases en la mañana y en horario de tarde, han estado plagadas de amplias notas y guiños de complicidad hacia nuestra Madre, la Virgen María.
Hemos notado, en este tiempo tan “especial”, la mirada maternal de María, que da cariño y comprensión a su Hijo a través de las caricias, abrazos… Las manos de María acariciaron, regañaron y abrazaron a Jesús. María sabe lo que es educar a un Hijo y sabe lo que es quererlo y acompañarlo. Nosotros podemos dar gracias por todas esas manos que nos dan el cariño y la comprensión de una madre y sentirnos acariciado por ellas.
María nunca dejó de confiar en Jesús. Siempre supo que su Hijo tenía mucho que aportar al mundo. Y María, igual que nuestros padres, confía en nosotros y espera que tratemos de crecer descubriéndonos a nosotros mismos. Nuestras vidas han de ser “rellenadas”. Una vida que no se llena de relaciones y de servicio o ayuda a los demás, está vacía. María llenó su vida de sentido dedicándose a los demás. Jesús aprendió esto de ella, como Hijo suyo.
María, como Madre, también fue un hombro sobre el que llorar para Jesús y seguro que necesitó los hombros de sus amigas, familiares y marido. María supo lo que es el consuelo. María, como cualquier madre, espera que vayamos a ella para compartir nuestros problemas. "María, el camino seguro para llegar a Jesús".
El mes de mayo siempre es especial en San Gabriel. Viene precedido del mes de Abril, mes montfortiano, devoto privilegiado de la Virgen. En nuestra Casa–Colegio de La Aguilera el mes de mayo supone recordar a varios Hnos. Gabrielistas que con fervor y devoción sembraban en los estudiantes del Colegio el amor verdadero a la Madre del Cielo. Han pasado algunas décadas y es un verdadero privilegio contemplar que el mayor gesto de innovación es permanecer auténticos en el carisma, la esencia de la EDUCACIÓN.
Compartimos con nuestros lectores una muestra del regalo recibido por nuestros estudiantes de Primaria y Secundaria durante este mayo de 2020. ¡¡Enhorabuena muchachos!!!
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